Político revolucionario
sudafricano, nació en Umtata, Transkei, hoy Mvezo, Sudáfrica, el 18 de julio de
1918.
Cónyuges: Graça Machel, desde
1998 hasta la fecha; Winnie Madikizela,
1958–1996; Evelyn Mase 1944–1958.
Renunciando a su derecho hereditario a ser jefe de una tribu xhosa,
Nelson Mandela se hizo abogado en 1942. En 1944 ingresó en el Congreso Nacional
Africano (ANC), un movimiento de lucha contra la opresión de los negros
sudafricanos. Mandela fue uno de los líderes de la Liga de la Juventud del
Congreso, que llegaría a constituir el grupo dominante del ANC; su ideología
era un socialismo africano: nacionalista, antirracista y antiimperialista
En 1948 llegó al poder en
Sudáfrica el Partido Nacional, heredero de la ideología fascista de Hitler, que
institucionalizó la segregación racial creando el régimen del apartheid, o de separación por
odios a los blancos de los negros. Bajo la inspiración de Gandhi, el ANC
propugnaba métodos de lucha no violentos, la Liga de la Juventud presidida por
Mandela, entre 1951 y 1952 organizó campañas de desobediencia civil contra las
leyes segregacionistas.
En 1952 Mandela pasó a
presidir el CNA del Transvaal, al tiempo que dirigía a los voluntarios que
desafiaban al régimen; se había convertido en el líder de hecho del movimiento.
La represión produjo 8.000 detenciones, incluyendo la de Mandela, que fue
confinado en Johannesburgo. Allí estableció el primer bufete de abogados negros
de Sudáfrica.
En 1955, cumplida su
condena, reapareció en público, promoviendo la aprobación de la “Carta de la Libertad”, que se
convertiría en el programa de gobierno y plataforma de lucha del CNA, que de
inmediato recibió el respaldo del Congreso Indio Sudafricano, El Congreso de
Sindicatos Sudafricanos y el Congreso de los Demócratas-Blancos-, en la que
se plasmaba la aspiración de un Estado multirracial, igualitario y democrático,
una reforma agraria y una política de justicia social en el reparto de la
riqueza, y Cuyo encabezado dice: “Nosotros, el pueblo de Sudáfrica, proclamamos
a todo nuestro país y al mundo que Sudáfrica pertenece a todos los que viven en
ella, negros y blancos, y que ningún gobierno puede reivindicar ningún poder si
éste no está basado en la voluntad del pueblo. Todos los grupos nacionales
tienen igualdad de derechos. La tierra será repartida entre quienes la
trabajan… Las minas, bancos e industrias pesadas serán propiedad del pueblo en
su conjunto.”
El endurecimiento del
régimen racista llegó a su culminación en 1956, con el plan del gobierno de
crear siete reservas o bantustanes, territorios marginales
supuestamente independientes, en los que se confinaba a la mayoría negra. El CNA
respondió con manifestaciones y boicoteos, que condujeron a la detención de la
mayor parte de sus dirigentes; Mandela fue acusado de alta traición, juzgado y
liberado por falta de pruebas en 1961.
Durante el largo juicio
tuvo lugar la matanza de Sharpeville, en la que la policía abrió fuego contra
una multitud desarmada que protestaba contra las leyes racistas, matando a 69
manifestantes, en 1960. A la matanza siguió la declaratoria del estado de
emergencia por parte del gobierno, en virtud del cual arrestó a los líderes de
la oposición negra. En esta oportunidad Mandela permaneció detenido varios
meses sin juicio.
Aquellos hechos terminaron
de convencer a los líderes del CNA de la imposibilidad de seguir luchando por
métodos no violentos, que no debilitaban al régimen y que provocaban una
represión igualmente sangrienta. En 1961 Mandela fue elegido secretario
honorario del Congreso de Acción Nacional de Toda África, un nuevo movimiento
clandestino que adoptó el sabotaje como medio de lucha contra el régimen de la
recién proclamada República Sudafricana; y se encargó de dirigir el brazo
armado del CNA, bautizado “Lanza de la Nación”. Su estrategia se centró en
atacar instalaciones de importancia económica o de valor simbólico, procurando
no atentar contra vidas humanas.
En 1962 viajó por
diferentes países africanos buscando fondos, capacitándose militarmente y
procurando la solidaridad con la causa sudafricana. Pero a su regreso fue
nuevamente detenido y condenado a cinco años de cárcel, posteriormente, en 1964,
esta condena se transformó en cadena perpetua; y en su homenaje fue elegido
presidente del CNA.
Mandela y su organización
política, el Congreso Nacional Africano, CNA, denunciaban ante el mundo
permanentemente la injerencia de los gobiernos de Estados Unidos y su central
de inteligencia, CIA, en los asuntos de los países africanos, a favor de las
fuerzas del colonialismo, el capitalismo y el imperialismo occidental, y en contra
de los procesos libertarios de los pueblos africanos. Tal como en los
siguientes casos:
-El derrocamiento del
gobierno democrático del Congo y asesinato de Patricio Lumumba, en 1961,
propiciando su posterior invasión por Sudáfrica, Rodhesia, Alemania Occidental
y mercenarios anticomunistas cubanos;
-En el derrocamiento del
doctor Kwame Nkrumah y la instauración de una dictadura militar en Ghana, en
1966;
-El apoyo a los
secesionistas de Biafra que pretendían dividir a la República Federal de
Nigeria, entre 1967 y 1969, inclusive enviando tropas mercenarias como
refuerzos;
-Su ayuda en el
derrocamiento del gobierno de Modibo Keita en Mali, en 1968;
-Su enorme ayuda a las organizaciones militares FNLA y UNITA que
pretendían derrocar al gobierno democrático y revolucionario del MPLA y
Agostino Neto en Angola, desde 1975 hasta la Batalla de Cuito Cuanavale, desarrollada entre diciembre de 1987 y marzo de 1988,
donde además de estas organizaciones armadas, fueron derrotadas definitivamente
las fuerzas sudafricanas que habían invadido Angola y significó en lo
inmediato la liberación total del territorio angolano y condujo a la
independencia de Namibia. Hazaña lograda por los combatientes angolanos y
namibios que contaron con la invaluable ayuda del pueblo cubano y sus Fuerzas
Armadas;
-Su
apoyo a mercenarios-contrarrevolucionarios sudafricanos en su invasión y
desestabilización de Mozambique y Zimbabwe, en los años de 1980;
-Su participación en el atentado
contra el avión donde viajaba Samora Machel, donde murió con todos los demás
ocupantes, en 1986; y
-En los numerosos
atentados contra Gadafi y su familia, donde murieron algunos de sus miembros y
otras personas libias inocentes. Entre otros
Durante sus 27 años de
prisión fue mantenido en condiciones muy difíciles y el Gobierno Sudafricano
rechazó todas las peticiones de libertad, pero Mandela se mantuvo firme en sus
ideales, lo que llevó a que se convirtiera en figura legendaria, símbolo de la
lucha contra el apartheid, por la libertad, la dignidad humana y la justicia
social, tanto en su país como en el mundo.
En 1983 bajo el liderazgo
del CNA, con el respaldo total de Mandela, y su alianza con el Partido
Comunista Sudafricano, liderado por el sudafricano de origen lituano, Joe
Slovo, se creó el Frente Democrático Unido que agrupó a mas de 700 organizaciones
barriales, sindicales, estudiantiles, religiosas, juveniles y representativas
de diferentes grupos étnicos y nacionales, que contaban con más de un millón de
militantes. Con el cual se realizaron las más contundentes acciones contra el
régimen del apartheid y sus políticas antidemocráticas, dejándolo maltrecho y
muy mal parado ante la opinión nacional e internacional, y preparó el camino para
la liberación de Mandela.
Ante este
hecho, el Gobierno Sudafricano en 1984 intentó acabar con el mito en que se
había convertido Mandela, ofreciéndole la libertad si aceptaba establecerse en
uno de los bantustanes, renunciando públicamente a los métodos radicales de
lucha contra el régimen. Ofrecimiento que él rechazó en forma tajante.
Durante
los años de su prisión, su entonces esposa, Winnie, se constituyó en símbolo de
la continuidad de la lucha, alcanzando un alto reconocimiento dentro del CNA.
En 1989 el
entonces presidente Botha sufrió un derrame cerebral y fue sustituido por Frederick
Willem De Klerk, quien en 1990 finalmente se vio precisado a ceder ante la
valentía de Mandela y su pueblo, y la presión de la comunidad internacional,
abriendo el camino para el desmonte de la segregación y el odioso régimen del
apartheid.
En este orden, fue liberado Mandela en
1990, convirtiéndose a su vez en el principal interlocutor para el desarrollo
de un proceso de negociación que condujera a la democratización del país. Por
lo cual Mandela y De Klerk compartieron el Premio Nobel de Paz en 1993.
Durante
los años de su prisión, su entonces esposa Winnie se constituyó en símbolo de
la continuidad de la lucha, alcanzando un alto reconocimiento dentro del CNA.
En las
elecciones de 1994, Mandela se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica
y a partir de su posesión puso en práctica
una política de reconciliación nacional, manteniendo a De Klerk como
vicepresidente, al tiempo que se esforzó por motivar hacia la inclusión y la participación democrática al partido de
mayoría zulú In khata.
Al
terminar su mandato presidencial en 1999, Mandela sorpresivamente decide
abandonar la vida política para que otros miembros de su partido tengan la
posibilidad de aspirar y llegar a la Presidencia de Sudáfrica.
A
comienzos de marzo de 2013 se le realizó una
operación quirúrgica con éxito, pero el 8 de junio de 2013 fue hospitalizado en Pretoria en estado
grave por una infección pulmonar. Después de
cuatro días se informó de que su estado se había estabilizado, estando en un
"estado grave, pero estable". Según afirmación de Mac Maharaj,
portavoz de la Presidencia de Sudáfrica, en un comunicado del 05-07-2013, el
estado del ex presidente Nelson Mandela, que todavía está en un hospital en
Pretoria, ha pasado a ser crítico.
Consecuente con su
ideología del socialismo africano, nacionalista, antirracista y
antiimperialista, Mandela pactó con la clase capitalista sudafricana el
desmonte inmediato del régimen de apartheid y un proceso gradual de
participación de los trabajadores y de las comunidades en la propiedad de las
empresas, a través de cooperativas o empresas asociativas, asumiendo un
cronograma que a la vez incluía la
mejora de sueldos y salarios, de la seguridad social y las condiciones
laborales para la población negra-africana.
Lo
preocupante es que quienes recibieron el poder político cedido por Mandela, se
han acomodado, dedicándose a la vida lujosa y aburguesada, en buena medida
contemporizando con los opresores
del pueblo sudafricano y aplazando el cumplimiento del
cronograma de las transformaciones socio-estructurales pactadas. Por lo cual,
diferentes segmentos populares y de las clases trabajadoras, a través de
masivas manifestaciones públicas, vienen exigiendo la continuidad de los
cambios que conduzcan a una justicia social real, siendo reprimidos en forma
tan brutal como durante la vigencia del
régimen del apartheid. Azabache, julio-2013-3
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