miércoles, 24 de octubre de 2018

JAIME AROCHA RODRÍGUEZ


JAIME AROCHA. Antropólogo. Nació en Bogotá en abril de 1945. Investigador Emérito (IE) - Convocatoria 781 de 2017 Colciencias

El antropólogo Jaime Arocha ha dedicado parte de su vida académica a la reconstrucción histórica de la diáspora africana, sus permanencias culturales en Colombia y el seguimiento a las luchas de quienes pertenecen a uno de los grupos más excluidos y violentados de la nación. Aunque la realidad que viven estas sociedades no sea la más amable, conserva la esperanza de que la fortaleza organizacional derive algún día en la reparación del daño sufrido.

No es integrante de las culturas afrocolombianas y tampoco se crió propiamente en sus áreas de influencia, sin embargo, las defiende con tenacidad, en público y en privado, a través de investigaciones y cátedras que apuntan a demostrar su papel fundamental en la conformación de la nación y el aporte de lecciones de convivencia pacífica, cuidado del medio ambiente, conservación de la identidad y sueños de paz.

A lo largo de 40 años de ejercicio profesional, Jaime Arocha Rodríguez ha tratado de recorrer parte del Eje Cafetero, de ambos litorales, del Caribe Insular y de la zona plana del norte del Cauca en busca de información que le ayude a documentar la riqueza de las “Afrocolombias” y el racismo que se ejerce contra sus miembros.

Por esa razón, como uno de los fundadores del Grupo de Estudios Afrocolombianos de la Universidad Nacional de Colombia, intenta posicionar en el currículum académico de la escuela y la educación superior la discusión sobre la segregación de la que son objeto estos colombianos.

“Muy pocos quieren escuchar y aceptar que en Colombia se asiste a una combinación entre determinismo racial y determinismo geográfico. El primero sostiene que, supuestamente, existen razas inferiores y razas superiores, y el segundo, se caracteriza por el discurso referente a que el atraso, el salvajismo y la incapacidad de raciocinio son propios de las regiones tropicales, cálidas y húmedas, en contraste con el progreso que se le atribuye a la zona montañosa”. En opinión del académico, superar este paradigma contribuiría a hacer justicia con descendientes de comunidades agredidas desde hace más de 400 años.

Sus investigaciones hasta la fecha han girado en torno a la génesis de lo afro, las características de las culturas que han creado los descendientes de los cautivos africanos en Colombia, incluyendo los sistemas productivos sustentables y su relación con el medio ambiente, los medios de resolución pacífica de los conflictos que afloran con sus vecinos indígenas o campesinos, así como los efectos del conflicto armado que les es ajeno, incluyendo la inserción urbana de los desplazados.

En la opinión del antropólogo, el mayor problema que enfrenta su disciplina es la invisibilidad de la que han sido objeto estos grupos por cuenta del ‘andinocentrismo’, una forma de pensar muy arraigada en los colombianos. “Por ejemplo, en el Chocó, considerada una de las zonas más biodiversas y ricas del mundo, no se consulta con las comunidades afectadas las políticas que se ponen en marcha en la región, el gobierno central no se ubica desde las lógicas y la cultura de los pueblos étnicos y eso se traduce en megaproyectos de desarrollo infraestructural y económico, liderados por multinacionales, como el del monocultivo de la palma aceitera. Debido a la deforestación que implica y a los insumos químicos que requiere, esa forma de producción industrializada perjudica al ecosistema de selvas húmedas tropicales y aniquila los terrenos cuyo cultivo desembocaba en la seguridad alimentaria de los lugareños. De igual forma, a ellos los transforma, de campesinos autónomos, en unos trabajadores cuyas condiciones socioeconómicas son parecidas a las que rodearon la vida de los esclavizados”.

Orígenes de una pasión
Este académico estaba destinado a la Ingeniería Mecánica, carrera que cursaba hacia 1963 en la Universidad de Los Andes, en Bogotá, su ciudad natal. No obstante, un trabajo de extensión universitaria de su alma máter lo llevó al departamento de Córdoba, territorio caribe, y lo puso de frente a la gente de ascendencia africana, de la cual quedó enamorado al ver un fandango y estremecerse ante el ritmo de las cumbiamberas, cuyos manojos de velas iluminaban los cobres de la banda pelayera (grupo musical).

“—Bailen muchachos—, nos dijeron, pero en dos ocasiones estuvimos a punto de ser objeto de sendas puñeteras: una, cuando sacamos a bailar a unas muchachas que estaban debajo del alero de una casa grande y señorial. No sabíamos que su localización indicaba que ya se habían casado y tan sólo podían bailar con el permiso de sus maridos. La segunda fue cuando rehusamos soltarles nuestras parejas a los hombres que se nos acercaron en pleno baile y nos dijeron ‘dame el barato’. Con todo y la vergüenza por las equivocaciones, de esa fiesta salí con una nota mental que decía ‘Sociología en la Nacional’, a la cual la reemplazó la afirmación de ‘un fandango me volvió antropólogo’”. 

El evento coincidió con la presencia en su universidad de dos figuras claves para la Antropología en el país: Gerardo y Alicia Reichel-Dolmatoff, pioneros de los estudios de arqueología y antropología cultural sobre la gente de la llanura Caribe y la Sierra Nevada de Santa Marta. En un curso que hoy llamaríamos “de contexto”, le abrieron las puertas de dicho saber a más de un joven que luego abandonó sus estudios iniciales para seguir el rastro de tiestos, culturas antiguas y vigentes. Junto a la de ellos, la de Nina de Friedemann fue otra de las grandes influencias académicas que recibió Arocha. Esta antropóloga bogotana, de ancestro boyacense, hizo grandes aportes a los estudios afrocolombianos entre los años de 1970 y 1990.

Adelantando en su compañía una investigación relacionada con el etnodesarrollo de los grupos negros en Colombia, se enfocó en las “concheras”, mujeres que se dedican a extraer el molusco piangüa de los manglares ubicados entre Tumaco y Guapi (Sur del Cabo Corrientes). En ese trabajo de campo ratificó que la Antropología debía dejar de ser neutral ante las violaciones de derechos humanos que sufrían continuamente indígenas y afrodescendientes. “En el transcurso de la etnografía (descripción detallada de la tecnología, formas de producción, organización social y política y universos simbólicos compartidos por una comunidad) que le dio vida al libro De sol a sol se consolidó en mí una convicción de que los antropólogos nos debemos a los pueblos para los cuales trabajamos y no necesariamente a la comunidad científica”, recuerda.

Este testimonio sobre la masacre de Bojayá, efectuada por la guerrilla FARC el 2 de mayo de 2002 en el Atrato Medio, Chocó, refleja uno de los grandes impactos que ha tenido el conflicto armado en las poblaciones afrocolombianas del Pacífico en las últimas décadas. La mañana de ese fatídico día, la población se vio en medio del fuego cruzado entre guerrilleros y paramilitares que se disputaban el territorio, y 300 pobladores decidieron ocultarse en la capilla San Pedro Apóstol, sin saber que minutos después la guerrilla dispararía contra la edificación tres cilindros de gas- bomba, uno de los cuales destrozó el techo, cuyos fragmentos mutilaron a 114 hombres, mujeres y niños y le quitaron la vida a otros 119 que también se ocultaban a la espera de que un milagro los salvara.

“El éxodo forzado que ocasionó el hecho, impidió que los sobrevivientes realizaran los ritos fúnebres a los cuales estaban acostumbrados antes de enterrar a sus familiares, dándole un golpe mortal a su cultura”, señala el profesor Jaime Arocha. Precisamente esa realidad que viven estos nacionales por cuenta del conflicto armado es su último tema de investigación, que se articula a un esfuerzo de su grupo de estudios para lograr “que la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación enfoque de una manera más decidida la desposesión territorial y social de la cual han sido objeto los afrodescendientes, no sólo como consecuencia de la guerra, sino de modelos de desarrollo que pasan por alto los derechos que la Ley 70 de 1993 por fin les reconoció a esos pueblos”.

A pesar de que el organismo fue creado en el año 2005 para darle respuesta a los familiares de las víctimas del conflicto colombiano sobre su paradero y, de paso, jalonar procesos de justicia, hasta ahora (finales del 2007) incluía a las comunidades negras dentro de un grupo general, pese a que han figurado entre las más afectadas por la violencia armada en la últimas décadas.

Dicha violencia se enmarca en una disputa del territorio por parte de grupos de narcotraficantes que buscan una salida pronta al mar para la cocaína y por guerrilleros y paramilitares asociados al negocio. Según el Observatorio del Programa Presidencial de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, “desde comienzos de la década del ochenta, narcotraficantes de Antioquia han venido comprando tierras cercanas al mar en Acandí y Ungía, en el Golfo de Urabá, y en Juradó, en el norte del departamento; los grupos del Valle del Cauca han comprado en Bahía Solano y Nuquí, también junto al mar, al sur. En Condoto y siguiendo la carretera que comunica con Pereira, han comprado tierras algunos narcotraficantes de Risaralda”. De igual forma, desde finales de los años 80 “la insurgencia logró una fuerte presencia en la parte montañosa del departamento y la actividad de estructuras de autodefensa provenientes del Urabá antioqueño se expresó en cambios bruscos en los indicadores de violencia (homicidios y desapariciones)”, señala la entidad. El conflicto se intensificó desde 1996 con numerosas masacres y tuvo como pico máximo precisamente el año 2002.

Ante este panorama, investigaciones académicas que llamen la atención sobre la riqueza cultural de estas comunidades y los impactos nocivos del conflicto adquieren gran valor para generar políticas públicas destinadas a proteger la integridad y el legado de los pueblos étnicos. Esa es precisamente la intención de Jaime Arocha, a quien le cambia la voz, se le frunce el ceño y se le agita el corazón cuando habla de las injusticias que viven a diario los afrocolombianos.

Heredero de los mejores
Pese a ser uno de los científicos sociales contemporáneos que más duro habla sobre el tema y que más aportes ha hecho al reconocimiento de lo afrocolombiano, Jaime Arocha no es el único dedicado a esa labor, aunque es privilegiado por haber bebido de una valiosa fuente de conocimientos, conformada por autoridades como Manuel y Delia Zapata Olivella, el padre José Rafael Arboleda (alumno de Meville Heskovitz, uno de los primeros autores que plantearon persistencias de las memorias de África en América), Aquiles Escalante (pionero de los estudios afro con el libro El negro en Colombia) y Nina de Friedemann.

En la Universidad Nacional comparte labores con los docentes creadores del Grupo de Estudios Afrocolombianos: Claudia Mosquera y el africano Maguemati Wabgou, y en el ámbito nacional hace parte de una nutrida red de investigadores asociados a universidades públicas, privadas y a observatorios como el del Caribe Colombiano. Adicionalmente, ha sido profesor visitante en el Instituto de Altos Estudios en Ciencias Sociales (París, 1989), Rockefeller Visiting Scholar del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de la Florida (Gainesville) y miembro del Comité Científico del programa UNESCO La Ruta del Esclavo (1998-2006).

Este antropólogo se formó como magíster en la Universidad de Columbia (Estados Unidos) en 1973, bajo la égida de Charles Wagley, luego hizo estudios de doctorado (1975) con la tutoría de Allen Johnson. Sin embargo, su prioridad inicial consistió en el estudio de las causas de la violencia en un municipio caficultor del Quindío. De ahí pasó a las primeras investigaciones de terreno en la zona plana del norte del Cauca y a finales del decenio de 1970 entró en contacto con Nina S. de Friedemann para profundizar en los diagnósticos sobre la orfandad en la cual se mantenían los estudios sobre los afrocolombianos y luego diseñar un proyecto de etnodesarrollo.

A esos años se remonta el interés por el Pacífico y la guía que en 1998 comenzó a ofrecerle a la entonces estudiante de Comunicación Social Stella Rodríguez, cuyo trabajo de terreno se enfocó en “los culimochos” de la costa nariñense. “La lección de ellos es que para portar la cultura afrocolombiana no se necesita tener la piel morena. Se trata de pueblos que aseguran descender de navegantes vascos que no abandonaron las costas de mulatos después de abolida la esclavización y que de ese modo fueron adquiriendo las competencias propias de los afrocolombianos, no sólo la de fabricar marimbas, sino la de afinarlas siguiendo escalas que se remontan al África Occidental y Central, bailar currulao y contar las historias de la Araña Ananse, a quien llaman Anancio”, comenta el académico.

“Soy un afro optimista”
Arocha se formó dentro de una familia “interétnica”: madre bogotana y padre barraquillero, que lo hizo permeable a la identidad caribeña. Esta lo atrapó posteriormente gracias a las expresiones de los cordobeses con los cuales entró en contacto a comienzos de los años 60. Aunque señala que en estricto sentido no puede ser llamado “afrocolombiano por adopción”, sí afirma con orgullo tener una gran sensibilidad frente al tema y se lamenta indignado de que el sistema educativo les niegue a colegiales y universitarios la posibilidad de conocer las riquezas de las culturas afrocolombianas.

Precisamente esa indignación lo ha movido a poner en contacto a sus estudiantes de la Universidad Nacional con los actores mismos del movimiento afro. “Esta institución tiene estudiantes bastante críticos y cuando uno les muestra que los afrocolombianos figuran de una manera marginal en el programa de la carrera de Antropología, tratan de articularse con fuerza”. Por esa razón y, tal como él lo afirma, su grupo de investigación es pequeño (tres docentes) pero con una audiencia marcada.

El reconocimiento a su labor no sólo se refleja en la alta asistencia de alumnos a sus clases (Investigación social, Problemática colombiana y territorialidad afrocolombiana, Antropología especial, Afrogénesis y Laboratorio de investigación social), sino que la Facultad de Ciencias Humanas le dio un galardón a investigación meritoria en el 2004, por el trabajo Ellegguá y los caminos de la tolerancia. Se trataba de un programa de formación permanente de docentes del Distrito Capital sobre la Cátedra de Estudios Afrocolombianos que contempla la Ley 70 de 1993 para los niveles de básica primaria y secundaria en todo el sistema educativo. Sin embargo, quizás el premio más significativo lo haya constituido el Guachupé de Oro, que en 1999 le entregó la Fundación Colombia Negra, por la visibilización de los aportes de los cautivos africanos y sus descendientes a la formación nacional.

“El tema del andinocentrismo es complejo, pero la pelea por reivindicar lo afro no está perdida, eso es lo que todavía me mantiene aquí. De todas formas, la esperanza está puesta en que organizaciones como las del Nariño y el Chocó logren abrirse camino en medio de la adversidad”. 

Hasta julio de 2011 fue profesor asociado del Departamento de Antropología e investigador del Centro de Estudios Sociales de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia, donce creó el Grupo de Estudios Afrocolombianos, pionero en investigaciones de terreno tales como el Estudio Socioeconómico y Cultural de los Afrodescendientes que Residen en Bogotá, el cual fue publicado con el nombre de Mi Gente en Bogotá, gracias al auspicio de la Secretaría de Gobierno del Distrito Capital.

RECONOCIMIENTOS
·         Reconocimiento afrocolombiano "Líderes que educan”, MINISTERIO DEL INTERIOR MININTERIOR – Mayo de 2018
·         Proyecto UNESCO La Ruta del Esclavo, - Octubre de 2004
·         Convocatoria Orlando Fals Borda, UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE BOGOTA – Abril de 2009
·         Proyecto UNESCO La Ruta del Esclavo, - Octubrede 2004
·         Rockefeller Visiting Fellow, UNIVERSITY OF FLORIDA UNIVERSIDAD DE LA FLORIDA - de 1996
·         Investigación Meritoria, FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA - de 2004
·         Cuatro Décadas de Compromiso con la Construcción de la Nación, FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA SEDE BOGOTA - de 2006
·         Guachupé de Oro, FUNDACION COLOMBIA NEGRA - de 1999.

Pagina de Jaime Arocha: https://fondojaimearocha.com/

jueves, 30 de agosto de 2018

TUCIDIDES PEREA ROSERO 1944-2012


TUCY PEREA. Profesor, Escritor, Investigador y Conferencista Nacional e Internacional Deportivo. Uno de los afrocolombianos más preparado en el campo deportivo. Se especializo en  Estructuración de Proyectos Deportivos, Diseño y estructuración de Centros y Escuelas de Formación Deportiva y Capacitador Docente para cursos y seminarios. Igualmente dedicado a la investigación científico deportiva.

Nació en Istmina (Choco) el 19 junio del 1944  y falleció el  29 noviembre 2012 en Cabuyaro (Meta).  Su primaria la realizó en el Instituto San Pablo, de Istmina (Chocó) y su secundaria en la Normal Nacional Piloto para Varones de Medellín. Su esposa: Genid Rodríguez de Perea con la cual contrajo matrimonio el 27 de Febrero de 1971, permaneciendo unidos hasta el día de su muerte. Sus padres fueron: Abigail Perea Sanclemente y Natalia Rosero Chamorro. Sus hermanos: Humberto, Neli, Nilda, Ita y Eustorgio Perea Rosero

Sus hijos en orden cronológico de mayor a menor:
·                           Tucidides Perea Rodríguez
·                           Natalia Perea Rodríguez
·                           Abigail Ernesto Perea Rodríguez
·                           Ricardo Leonardo Perea Rodríguez

Tucy tuvo 7 hijos más fuera del matrimonio.

EXPERIENCIA LABORAL
o   Director de programas de formación deportiva en los distintos deportes, con teoría y práctica. Especializado en diferentes campos del deporte. Asesor en distintos deportes, en la creación de clubes, escuelas y centros de formación deportiva, asesor y capacitador a educadores, entrenadores, deportivos, padres de familia, empleados deportivo de todo orden, sociedad en general.
o   Entrenador y técnico deportivo en diferentes categorías, llevando procesos de formación desde niños hasta nivel olímpico y mundialista, con altos conocimientos de fundamentación técnico – táctica y organizativa.
o   Miembro de la Asociación Colombiana de Profesores de Educación Física
o   Miembro de la Asociación Bogotana de Entrenadores de Fútbol Presidente
o   Director Administrativo del Club Escuela Colombiana de Fútbol Tucidides Perea Rosero –ESCOFUTUPER
o   Presidente y Director Administrativo del Club Deportivo –CORPOAFRO (En sus escuelas de Fútbol, baloncesto, voleibol y microfútbol)
o   Representante Legal de la Corporación, Social Cultural y Deportiva Afrocolombiana -CORPOAFRO
o   Consultivo Distrital de las Comunidades Negras del Distrito Capital

ESTUDIOS
o   Licenciado en Educación Física, Recreación y Deporte con especialización en investigación, administración y alta gerencia deportiva. Autor de 52 libros relacionados con reglamentación y conformación deportiva.
o   Estudios de capacitación, actualización y especialización en educación Física y deportes niveles I, II, III y IV. Facultad de Educación. Universidad del Valle. Santiago de Cali - Valle. 1.966- 1.969.
o   Estudios de Administración de Empresas. Universidad Tecnológica del Chocó Diego Luis Córdoba. Quibdó – Chocó. 1.975.
o   Especialización y actualización en Turismo Ecológico, poblacional y acuático – Ecología de las poblaciones - Universidad INCCA de Colombia 1.987.
o   Especialización y actualización en pedagogía del deporte en la escuela secundaria. Universidad Pedagógica Nacional. Bogotá 1.988.
o   Especialización y actualización en Nuevo Diseño Curricular y Fundamentos Pedagógicos. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá 1.989.
o   Especialización y actualización en Periodismo Deportivo Internacional “El periodismo Deportivo Siglo XXI “ Universidad Central de Colombia y Coldeportes Nacional. Bogotá 1992.
o    
ESTUDIOS DE ESPECIALIZACIÓN A NIVEL INTERNACIONAL
o   Cursos, congresos y seminarios de capacitación profesional en educación Física y recreación dictados en las diferentes universidades colombianas y por las diferentes entidades. 1.966 - 1.996.
o   Delegado por el Comité Olímpico Colombiano, para cursar especialización en “Formación Deportiva y en Entrenamiento de Alto Rendimiento”. Solidaridad Olímpica – Comité Olímpico Internacional. México D.F. 1.977.
o   Especialización en Administración Deportiva “Organización Creación y Administración de Escuelas y Centros de Formación Deportiva para Entrenadores de Alto Rendimiento a Escala Mundial y Olímpica”. Centro Deportivo de Capacitación Olímpica de Moscú. Moscú - URSS 1.983.
o   Primer nivel de Investigación Deportiva. Centro Olímpico de Moscú. Moscú – URSS. 1.983.
o   Especialización y actualización en Baloncesto de Alto Rendimiento para Entrenadores Mundialistas y Olímpicos. Conferencista Boby Night. Olimpiada Mundial Universitaria. Zagreb - Yugoslavia 1.987.
o   Segundo Nivel de investigación deportiva. Academia Internacional de Baloncesto. Zagreb - Yugoslavia 1.987.
o   Post Grado en Metodología de la Enseñanza de la Educación Física en Primaria. Habana – Cuba. 1.990.
o   Seminario Pedagógico “Pedagogía 90”. Habana – Cuba. 1.990.
o   Entre 1967 y 2005 asintió a Cursos, Congresos, seminarios a lo largo y ancho del país. 

viernes, 24 de agosto de 2018

DELIO “Maravilla” GAMBOA RENTERIA 1936-2018

Ex futbolista: "Maravilla" Gamboa fue sin duda considerado uno de los mejores jugadores colombianos de todos los tiempos y uno de los primeros en brillar en el exterior. Falleció en Cali el 23 de agosto de 2018. 

Prestó sus servicios como Veedor en Millonarios (año 2011), club al que estuvo ligado en sus divisiones menores desde su retiro.
Nació en Buenaventura (Valle del Cauca) el 28 de enero de 1936. A sus 19 años se inició en el fútbol aficionado con la selección de su departamento, con la que resultó campeón del torneo nacional. Por su buen desempeño como aficionado fue contratado por el Atlético Nacional para la temporada de 1958. Un año más tarde fue transferido al Oro de México, donde llegó a ser considerado el jugador más importante durante dos temporadas seguidas.
En 1961 participó por Colombia en las eliminatorias al mundial de Chile. En 1962 jugó un único partido en el certamen orbital, pues una lección lo marginó de él. De regreso a Colombia jugó con el Club Millonarios y colaboró en la obtención de cuatro campeonatos consecutivos. Después vinieron las lesiones que lo marginaron de manera constante de las canchas. En 1965 fue trasladado al Santa Fe, último equipo con el que obtuvo un campeonato en 1966. En sus últimos años como profesional estuvo en el Once Caldas, entre 1968 y 1970; y en el Tolima, entre 1971 y 1972. Cerró su carrera con Millonarios entre 1973 y 1974. Sus cualidades como futbolista fueron su organización en la cancha, su tranco largo y su buen cabezazo. Personaje No. 132

lunes, 13 de agosto de 2018

PATRICIO OLAVE ANGULO 1928-1983

Patricio Olave Angulo. Político conservador que nació en San Francisco de Asís, sobre el río Naya, zon arural de Buenaventura el 14 de marzo de 1928; murió el sábado 23 de julio de 1983, en Cali, a los 55 años de edad. Sus padres fueron el maestro Miguel Vicente Olave y Mariana Angulo. Fueron 14 hermanos, entre ellos: Aura Maria Olave de Ceballos, Enriqueta Olave de Clarett (q.e.p.d.), Rufino, Alejo samuel, Enrique, Manuela, Edelmira, Angela Isabel Olave Angulo. 

Su esposa, antioqueña, Luz Libia Valencia (q.e.p.d.), tuvieron cinco hijos: Patricio,  Oscar Huberto, Victor Vicente y Luz Carmenza Olave Vslencia (q.e.p.d.) fue medica y murió en Mexico. Su quinto hijo hijo murio a temprana edad.

Patricio Olave Angulo fue un brillante autodidacta, fue secretario, escribiente, mensajero hasta obtener la máxima designación como Alcalde de Buenaventura desde el 18 de noviembre de 1973 a enero de 1977. Concejal y Diputado por mas de quince años en cada corporación. 

Su obra bandera fue la construcción del Centro Administrativo Municipal, CAM, y en su administración nació el Cuerpo de Guardas Bachilleres para el Tránsito de la ciudad. 

sábado, 19 de mayo de 2018

BARACK HUSSEIN OBAMA

Barack H. Obama el 44. ° presidente de los Estados Unidos, Primer presidente afroamericano, desde el 20 de enero de 2009 hasta el 20 de enero de 2017. Pertenece al Partido Demócrata. 

Nacido en Hawai el 4 de agosto de 1961, hijo de Barack Obama Sr., economista de origen keniano, y de Shirley Ana Durham, nacida en Kansas, doctora en Antropología por la Universidad de Hawai. Obama pasó su infancia entre Hawai e Indonesia, país donde conoció las condiciones de pobreza que afectan a millones de personas en el llamado Tercer Mundo. Allí cursó su educación primaria. De regreso a los Estados Unidos pasó dos años en el Occidental College de Los Ángeles. En 1983 ingresó en la Universidad de Columbia (Nueva York) para estudiar Ciencias Políticas, y se especializó en Relaciones Internacionales, con la ayuda de becas y préstamos estudiantiles. Tras su primera etapa universitaria se trasladó a Chicago, donde trabajó como organizador comunitario de los servicios sociales de un grupo de iglesias para ayudar a reconstruir las comunidades devastadas por el cierre de plantas siderúrgicas locales. Esa experiencia afinó su creencia en el poder de unir a la gente común en torno a una política de propósito, en el arduo trabajo de la ciudadanía, para lograr un cambio positivo. 

La carrera política de Obama comenzó a fraguarse en 1990, cuando tomó contacto con Judson Miller, uno de los asesores de Harold Washington, quien en 1983 se convirtió en el primer alcalde negro de Chicago. Con el paso del tiempo, Miller llegaría a convertirse en uno de los pilares de la campaña electoral de Obama.
En 1991 ingresó en la Universidad de Harvard (Cambridge, Massachussets) para ampliar sus estudios superiores, y allí fue elegido primer presidente negro de la Harvard Law Review, publicación estudiantil de dicho centro. Tras graduarse con honores regresó a Chicago, donde trabajó durante algún tiempo en una asesoría jurídica especializada en derechos civiles.

Su primer éxito político llegó en 1996. Gracias al padrinazgo del juez Abner Mikua y de Emil Jones, líder demócrata afroamericano en el Senado de Illinois, Obama fue elegido miembro de la cámara estatal por el Partido Demócrata, como representante del distrito de Hyde Park, donde ya era conocido por sus firmes convicciones liberales.

Obama utilizó su nueva posición para preparar su ingreso en el Congreso de los Estados Unidos, en el que aspiraba a sustituir a Bobby Rush, líder de los Panteras Negras de Illinois, mediante la captación de su electorado. La primera tentativa tuvo lugar en 2000 y supuso un fuerte revés en las aspiraciones de Obama, que fue doblado por Rush en número de votos.
Entre 2000 y 2004 Obama se dedicó a afianzar su electorado. En 2004 obtuvo nuevos mentores en Washington, entre los que destacaban figuras señeras del Partido Demócrata, como John Kerry y Ted Kennedy. Gracias al apoyo de éstos y al de su electorado fue elegido representante nacional en la Convención Demócrata de Boston de 2004.

Tras imponerse en el bando demócrata, el joven abogado afroamericano se enfrentó a Jack Ryan, candidato republicano, por la representación del Estado de Illinois. En esta ocasión, su contrincante se vio salpicado por un escándalo sexual y Obama consiguió el puesto de congresista en disputa, convirtiéndose así en el quinto afroamericano que accedía al Congreso de Estados Unidos y en el segundo por el Partido Demócrata.

Obama dio el primer gran paso hacia la presidencia de los Estados Unidos en febrero de 2007, cuando presentó su candidatura a las elecciones primarias del Partido Demócrata. La otra gran apuesta de esta formación era la senadora Hillary Clinton, esposa del ex presidente Bill Clinton, que partía con ventaja en los sondeos. La campaña, muy ajustada en todo momento, acabó decidiéndose a favor de Obama, que se impuso con 1.953 delegados frente a los 1.770 de su rival.

El nombramiento oficial como candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos tuvo lugar el 3 de junio de 2008. El republicano John McCain, a quien Obama consideró siempre como un simple heredero de George Bush, fue su rival en la carrera presidencial. Durante la campaña, McCain trató de distanciarse de su predecesor, pero su discurso resultó errático y poco convincente. El mensaje de renovación y esperanza del candidato demócrata, en cambio, caló entre el electorado; Obama fue ampliando progresivamente su ventaja frente a McCain en las encuestas, y se impuso finalmente en las elecciones del 4 de noviembre con un 64'9 % de los votos.

El 4 de noviembre de 2008, Barack Obama fue elegido el 44º presidente de los Estados Unidos, ganando más votos que cualquier otro candidato en la historia. Tomó posesión de su cargo en un momento de crisis a diferencia de lo que Estados Unidos había visto en décadas: una nación en guerra, un planeta en peligro, el propio sueño americano amenazado por la peor calamidad económica desde la Gran Depresión. Y sin embargo, a pesar de todo tipo de obstrucción política, el liderazgo de Obama ayudó a rescatar la economía, revitalizar la industria automotriz estadounidense, reformar el sistema de salud para cubrir otros veinte millones de estadounidenses y poner al país en un rumbo firme hacia un futuro de energía limpia. mientras supervisa el tramo más largo de creación de empleo en la historia de Estados Unidos. En el escenario mundial, la creencia de Obama en el liderazgo indispensable de Estados Unidos y su diplomacia fuerte y de principios ayudó a calmar las guerras en Irak y Afganistán, diezmar a Al Qaeda y eliminar a los terroristas más buscados del mundo, cerrar el programa de armas nucleares de Irán y abrir un nuevo capítulo con el pueblo de Cuba, y unir a la humanidad en una acción coordinada para combatir un clima cambiante.

En tiempos de grandes desafíos y cambios, el liderazgo del presidente Obama marcó el comienzo de una economía más fuerte, una sociedad más igualitaria, una nación más segura en el hogar y más respetada en todo el mundo. Los años de Obama fueron aquellos en los que más personas no solo comenzaron a verse a sí mismas en la cara cambiante de Estados Unidos, sino también a ver a Estados Unidos como siempre: como el único lugar de la Tierra donde muchas de nuestras historias podrían ser posibles.

Barack Obama y su esposa, Michelle, son los orgullosos padres de dos hijas, Malia y Sasha.








Fuente:

jueves, 17 de mayo de 2018

JOSE ANTONIO TORRES “Gualajo” 1930-2018

Nacio en Guapi en 1930 y fallece el 15 de mayo de 2018 en Santiago de Cali. Desde temprana edad consagró su vida a la interpretación de instrumentos típicos de la región del litoral pacífico. Uno de los mayores conocedores y uno de los mejores intérpretes de la marimba de chonta o Piano de la Selva. Su agrupación, Gualajo, ha viajado a varias ciudades de Francia, Suiza y Alemania. Así mismo, en 1983 representó a Colombia en el Festival Le Vigne y en el año 2008 en el Festival del Imaginario en París.
En total, a los 60 años el maestro ‘Gualajo’ ha grabado seis discos

RECONOCIMIENTOS:
  • El XIII Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez rindió homenaje a José Antonio Torres “Gualajo” maestro de la marimba en la versión año 2009.
  • Catalogado por el Ministerio de Cultura como el mayor conocedor y mejor intérprete de la marimba de chonta, que ha sido reconocido por el Ministerio de Cultura con la Medalla al Mérito Cultural (mayo de 2008) que por los logros del músico en el exterior y en la conservación de los ritmos del pacífico.
  • El 29 de Diciembre de 2008 fue coronado como el primer rey de la Marimba en la primera versión del Festival de la Marimba (Gobernación del Valle)

Tomado de El espectador (19 de mayo de 2008): El destino musical de José Antonio Torres lo marcaron su padre, músico y fabricante de instrumentos, y la mujer que lo recibió el día que llegó al mundo en Guapi (Cauca). “El nacimiento mío fue casi sobre los instrumentos. La partera me puso sobre una marimba para cortarme el condón umbilical. Así como la marimba me acarició, ese día, yo la estoy acariciando ahora”.
Desde muy pequeño, a José Antonio su padre lo bautizó Gualajo, pues lo comparaba con ese pez que nada libre por las bahías. Y aunque creció en una comunidad de pescadores, fue la música, herencia familiar, el oficio que eligió para su vida.
En los 50 años que lleva dedicado a este arte, Gualajo se ha consolidado como uno de los marimberos más importantes del país y uno de los representantes de la música autóctona del Pacífico sur.
Músico de tradición
Su conocimiento de la marimba chonta, el instrumento que lo ha acompañado desde que nació, es total. Él las fabrica con sus manos, con la base de madera, las teclas de chonta y guadua, pues en casa no sólo aprendió a interpretarla, sino la técnica de construcción. Todavía recuerda que siendo muy niño sobrepasaba a los demás aprendices de música que buscaban a su padre para conocer el oficio.
Los sonidos que lo inspiran para componer sus letras y melodías nacen en la selva, al igual que los materiales para construir la marimba. Por esto, a él lo llaman El pianista de la selva, título de su más reciente producción.
Para Gualajo, la mejor fuente de inspiración está ahí: “Mis bundes, currulaos, aguabajos y demás aires del Pacífico los alimento, por ejemplo, con los sonidos del cantar de los pájaros o de las víboras, en fin, de todas aquellas melodías que sólo produce la selva”.
Esta última producción hace énfasis en los aguabajos, el más comercial de los aires del Pacífico. El disco combina las composiciones del maestro con las voces de las cantaoras Juana Angulo y Gladis Beatriz, ‘Titi’, Bazán, así como los temas urbanos de Exequiel Sinisterra.
Embajador musical
Su música lo ha llevado por varios países como representante de la cultura colombiana. En 1983 participó en el Festival Le Vigne de París, además ha sido invitado a escenarios de España, Estados Unidos y Rusia. Son esos viajes por el mundo su más grande orgullo, pues le hacen sentir como un gran embajador de su gente.
Gualajo dejó su natal Guapi hace 12 años. Ahora, vive en Cali de su música y de los instrumentos que fabrica, entre ellos cununos, bombos y guasás, todos para interpretar la música del Pacífico. Sin embargo, no siempre se dedicó al folclor. “La vida mía ha sido la música, pero sé trabajar otros artes, por ejemplo, he trabajado la energía, la pesca y la agricultura, pero siempre he vuelto a la música para darle un descanso a mi mente”.
José Antonio Torres es un hombre de palabras sencillas y hablar pausado, y con la humildad que lo caracteriza dice de sí mismo: “Cuando empecé en esta tarea todos me llamaban sólo Gualajo. Bastaron años de experiencia y muchos sacrificios para recibir el nombre de maestro”. 

viernes, 23 de febrero de 2018

HERNAN RODRIGUEZ HURTADO 1936-2018

Por Jorge Idárraga, fotógrafo y editor
Especial para Color de Colombia. 

Semblanza de un hijo ilustre de Buenaventura 

Tal vez la siguiente anécdota dibuje el talante que en la vida y en la muerte tuvo don Hernán Rodríguez.

Durante sus funerales, contó su hija que don Hernán había pedido expresamente que no permitieran la satisfacción indecorosa de algunas personas de asomarse a ver su cadáver, que él no era “vaca de feria”.

Y que si lo hicieran, en lugar de vidrio pusieran un espejo, para que al asomarse vieran su propia cara.

Es cierto que don Hernán perteneció siempre al Partido Conservador, que era respetuoso de sus estatutos y que seguía estrictamente sus directrices. Pero siempre me pareció más bien un hombre de ideas liberales, o por lo menos de ideas progresistas, muy por encima de las de muchos de sus conciudadanos bonaverenses. Nada raro en un país donde conspicuos liberales profesan ideas conservadoras, y en algunos casos retardatarias.

Por ejemplo, don Hernán apoyó sin ambages ni cizaña el Paro Cívico de Buenaventura, y votó por el Sí. Siempre rechazó la construcción del tal malecón, porque resultaba una burla a una comunidad con otras prioridades, todavía con necesidades básicas insatisfechas.

Su madre, Edelmira Hurtado Gómez, era de Istmina, y su abuela de Nóvita. Tanto su bisabuela como su mamá eran hijas de paisas con negra o mulata. Su padre, Nicolás Rodríguez Arias, venía del Río Micay. Él era de familias de Popayán y también de familias indígenas Kuna. “Se encontraron en Buenaventura y vea con lo que salieron”, contaba don Hernán.

Era un hombre de formación autodidacta, sumamente ilustrado, amante de la poesía, buen conversador y buena pluma, bohemio, “en él traslucía una sencilla erudición y una sensibilidad humanista muy acentuada” y muy por encima de la de muchos profesionales estudiados.

Periodista también, escribió sobre las diferentes problemáticas de Buenaventura en los periódicos El Puerto, El Siglo y Occidente. Toda la vida fue agente de aduanas y marítimo. Perteneció a una generación dorada, aquella que habitó la Buenaventura luminosa y cosmopolita de los años 40, 50, 60 y parte de los 70, donde era natural encontrarse en la calle con el cónsul de Inglaterra, Francia o Suecia:
Helcías Martán Góngora, Nestor Urbano Tenorio, Guillermo Valencia Quiñónez, Emiro González Paz, Roberto Lozano Batalla, Engelberto Díaz Hurtado, Eusebio Muñoz Perea, Teodomiro Calero Vernaza, Rafael Bernat Ochoa, Colón Caicedo Portocarrero, Carmen Arango, Antonio Ahumada Fernández, Patricio Olave Angulo, Petronio Álvarez, Abel Marín, Cleofás y Silvano Garcés Rentería, Lides Renato Batalla, Augusto Polo Valencia, Teófilo R. Potes, Mercedes Montaño, Margarita Hurtado, Peregoyo y su Combo Vacaná, entre tantos otros.

Una generación dorada que dio lustre e identidad a la ciudad, pero cuyo legado quedó hasta cierto punto perdido, en la medida en que buena parte de las nuevas generaciones quedaron enredadas y devoradas por la politiquería y el interés personal, en medio de los cambios económicos, políticos y sociales ocurridos a partir de los años 80. Pero ese es otro capítulo que la historia tendrá que juzgar en su momento.

Con motivo de la discusión pública que, junto a Daniel Mera Villamizar y otras personas promovimos en 2016 sobre el Festival Folclórico del Pacífico en Buenaventura, lo visitamos en su casa de Cali, pues don Hernán perteneció a la primera junta que, designada por el poeta y entonces alcalde Helcías Martán Góngora, por allá en 1962 organizó el primer Festival.

La conversación de aquella tarde quedó registrada en vídeo. Un Hernán Rodríguez ya machacado por la enfermedad, pero con ánimo estoico y con el mismo talante de siempre, respondió a nuestras preguntas, que también derivaron hacía otros tópicos de la historia de Buenaventura.
Un documento que esperamos dar a conocer próximamente, para ilustración de los bonaverenses.

Apartes de otro escrito,autor desconocido.
Fue concejal por 5 periodos, diputado a la Asamblea departamental y Representante a la Cámara, siempre por el partido conservador. Periodista y Columnista del diario Occidente y del Siglo. Eterno defensor de la ciudad, del parque natural de Málaga y de las personas asentadas en baja mar. Con su partida Buenaventura pierde uno de los últimos líderes y gamonales políticos de la región. Todo un señor, caballero, galán y amigo.