miércoles, 8 de diciembre de 2021

BLAS “MICHI” SARMIENTO MARIMÓN 1938-2021

Blas “Michi” Sarmiento. Clarinetista, saxofonista, compositor, intérprete y arreglista, fue uno de los grandes maestros de la música tropical colombiana en los años sesenta. Nació el 1 de noviembre de 1938 en el corregimiento Labarcé, municipio de María la Baja (Bolívar) y murió el 26 de noviembre de 2021, a sus 83 años, por quebrantos de salud que padeció por varios meses.

Cuando tenía solo un mes de nacido su abuela lo llevó a vivir al municipio Soplaviento, a 55 kilómetros de la ciudad de Cartagena. Allí creció y se aficionó por la música, influenciado por su familia. Blas se crió entre los fandangos, el porro y la música clásica, pues fue hijo del músico, compositor e instrumentista Clímaco Sarmiento, quien cantaba en la banda del pueblo y le enseñó a tocar el clarinete desde los cinco años. También su madre y su abuela eran cantantes de bullerengue, un ritmo de la costa colombiana de origen africano. Con razón Blas dijo alguna vez, que no tenía elección, pues la música ya lo había escogido a él. Pacho Galán, Pedro Laza, Adolfo Garrido y Clímaco Sarmiento, su padre, son algunos de los artistas que influenciaron su música.[1]

Michi realizó sus estudios de música desde los catorce años en el Instituto Musical de Cartagena, adscrito a la Escuela de Bellas Artes. Estudió piano, saxofón, clarinete, batería y canto, destacándose en la ejecución de los dos primeros. Empezó a hacer su carrera tocando con bandas de la sabana de Bolívar como la Orquesta de Pedro Laza, la de Delia Zapata, la Sonora Cordobesa y la Orquesta del Nano Montes. Su amplia trayectoria incluye también el hacer parte de orquestas y agrupaciones como las de Pacho Galán, Rufo Garrido, Lisandro Meza y Alfredo Gutiérrez.

En 1962, Blas hizo parte de Los Corraleros de Majagual, legendaria agrupación de la que hicieron parte figuras como Alfredo Gutiérrez, Luis Pérez, Eliseo Herrera, Chico Cervantes, Enrique Bonfante y Calixto Ochoa. Luego creó una agrupación que se llamó "Michi y sus Matulleros", y luego se hizo grande con su propia orquesta: "Michi y su Combo Bravo", con el cual grabó nueve discos de larga duración para Discos Fuentes, entre los que se cuentan "Salsa Picante, Salsa Con Monte y La Salsa de Michi". Ha compuesto canciones como "Antonia", "Llora niña", "El tigre de manatí", "Purificación", "Salsa con monte", "Santa Marta", "Mi burro", "Linda mañana", "El arroyo de Matuya", "San Patricio" y "No te vayas".[2]

Fue un gran exponente de la música tropical.  El artista bolivarense hizo parte de reconocidas agrupaciones como la Sonora Cordobesa y la orquesta de Pedro Laza. Además, como arreglista se destaca su trabajo con la orquesta La Verdad, de Joe Arroyo, Pacho Galán, Alfredo Gutiérrez, y Los Corraleros de Majagual.[3]

Fue uno de los grandes maestros de la música tropical colombiana en los años 70 y 80, además pionero en la música afrocubana, música antillana o música latina. Sus inicios en la música se dieron gracias a su padre, Clímaco Sarmiento, otro reconocido artista colombiano, quien le enseñó a tocar instrumentos de viento, un conocimiento que perfeccionó años más tarde, en el Instituto Musical de Cartagena.[4]

En los años sesenta, y gracias a su relación con Discos Fuentes, Michi Sarmiento participó en algunos discos con los Corraleros de Majagual y luego lanzó su propia agrupación de salsa: Michi y su Combo Bravo, con quienes grabó nueve discos. 

A nivel musical, fue de los grandes precursores de la salsa y la música tropical colombiana que haya emergido de la costa Caribe, pues escribió páginas doradas con su Combo Bravo, Los Corraleros de Majagual y la Orquesta La Verdad de Joe Arroyo. Con esta última realizó los arreglos de éxitos bailables como: ‘Rebelión’, ‘Mary’, ‘Musa original’, ‘A fulana’, entre otros.

Se conoce que con su agrupación ‘Combo Bravo’ participó en el primer Festival de Orquestas en la categoría Conjunto, organizado en el Coliseo Cubierto ‘Humberto Perea’ el 17 de febrero de 1969. En esa ocasión recibió una mención especial tras medirse ante Los Blanco de Venezuela y a la Billo’s Caracas Boys.

Como dato curioso, en 1967, a los 12 años Joe Arroyo fue invitado a cantar por Michi Sarmiento en la orquesta “La Protesta”, a su corta edad, Arroyo ya cantaba en el grupo del saxofonista.

Según lo informado por RCN Radio, en 2006, fue el primer Gran Lancero de las Fiestas de Independencia de Cartagena, por su importante aporte a la cultura de la ciudad y a sus tradiciones festivas a través de la música, de su saxofón con el que conquistó y enamoró a cartageneros y visitantes.

En 2012, renació musicalmente para el mundo al ser invitado por los productores Mario Galeano y Quantic a participar de su proyecto Ondatrópica, que reúne a grandes leyendas y a jóvenes músicos de los trópicos y el interior colombiano. Con ellos grabó versiones que son ya inolvidables de temas como ‘Linda mañana’, de su autoría, y ‘Caimán y gallinazo’, clásico de su padre.

Michi fue también profesor de música en la escuela de formación de Soplaviento y en la ciudad de Cartagena. Gracias a la docencia tuvo la oportunidad de dejar su legado musical y todo su ingenio a varias generaciones de niños y jóvenes músicos. "Miche vivió de la música, tocó su saxo en eventos sociales y fiesteros, dictó clases a domicilio y diariamente le dedica un par de horas a la Biblia, porque aseguraba que, además de buen músico, era un fiel católico."[5]

Lo último que se supo de ‘Michi Sarmiento’ fue que en septiembre del 2020 sus seguidores realizaron una campaña por redes sociales para recaudar fondos que permitieran realizarse una cirugía en los ojos por la aparición de cataratas.

Michi tuvo como maestro a su padre Clímaco Sarmiento, quien con su férrea disciplina lo llevó a convertirse en director artístico del desaparecido sello disquero Felito Record en Barranquilla. Desde allí lideró proyectos como el de la agrupación de La Niña Emilia.

Blas debutó oficialmente con el maestro Daniel Santos,  realizó más de 200 grabaciones, nueve discos de larga duración y se  presentó en los Estados Unidos, Asia, Europa y varios países de América Latina. Expresó algún día:  "La música me lo ha dado todo. Es mi pan de cada día, es la que me ha permitido conocer a mi país y viajar a lugares lejanos. Gracias a ella tengo el cariño de la gente, que es lo más importante. Mi sueño es seguir trabajando por nuestra música, dejar un regalo a las nuevas generaciones". "Los músicos morimos con grandes satisfacciones espirituales que ni el dinero ni la fama tienen como pagar".[6]